Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor.
Considero que uno de lo problemas que más inciden negativamente en la calidad de vida son los de la sexualidad.
Decía León Tolstoi que el hombre sobrevive a los terremotos, a los horrores de las enfermedades; y otras tragedias; pero que la tragedia más torturante de todos los tiempos es y será la tragedia de la alcoba.
Factores como la disfunción eréctil (impotencia), la eyaculación precoz, la anorgasmia, incompetencia eyaculatoria (no poder eyacular); la infidelidad; los trastornos del deseo sexual; los problemas de comunicación de la pareja; enfermedades que afectan la erección como la hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares; la utilización de medicamentos en los problemas cardiovasculares; la depresión; el uso irracional e indiscriminado de ansiolíticos, calmantes, antidepresivos, tranquilizantes, inciden categórica y negativamente en el buen desempeño sexual.
La buena sexualidad es vital; es euforizante, nos hace sentir bien, positivos; el acto sexual adecuado desencadena todo un proceso neuroquímico cerebral que cambia nuestro estado de ánimo; nos coloca en la euforia, en la positividad.
Ello por la producción de sustancias como la dopamina, las endorfinas alfa y beta, y la oxitocina que cambian el cristal con el cual miramos la vida, nos hacen sentir bien; y estas mismas sustancias nos vuelven adictos a ellas; queremos que se produzcan en el cerebro para sentirnos bien.
Por el contrario, su ausencia nos lleva al síndrome de abstinencia, nos sentimos mal, deprimidos, los aspectos más positivos de la vida lo vemos negativamente.
Es decir, nuestra "calidad de vida" está comprometida con el buen desempeño sexual, y como todo síndrome de abstinencia, buscamos instintivamente la euforia, el placer y evitamos la depresión, el displacer y el sufrimiento.
Es por ello que el hombre ha buscado, y busca afanosamente la solución a sus dilemas sexuales, pues percibe que inciden en su calidad de vida, y ello al decir de los más afamados sexólogos clínicos del mundo.
Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
Todos los derechos quedan reservados al autor. |
