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El Fingimiento de la Satisfacción Sexual o Síndrome de Farsa Sexual
Art. 49- Fecha: 30-06-2005

 

Cuando falla la erección en el hombre o el orgasmo en la mujer; o cuando la conducta sexual no está encuadrada dentro del modelo sociocultural sexual (Pareja Heterosexual), las personas recurren a recursos a fin de cubrir esas fallas: es lo que en Sexología Clínica se denomina "Fingimiento de la Satisfacción Sexual o Síndrome de Farsa Sexual". Es un problema frecuente.
Se presenta en hombres que tienen fallas en su Sexualidad.

Afecta a mujeres con problemas en su orgasmo, o que siempre fueron anorgásmicas; a varones que tienen fallas ocasionales o permanentes en su erección o en su eyaculación. A homosexuales masculinos o femeninos que presionados por el medio social, religioso, o político; que no asumen su conducta sexual; que desean presentar una imagen heterosexual.

Como consecuencia de estas presiones de actuación social, presentan como respuestas: el fingimiento de la satisfacción sexual o síndrome de farsa sexual. Este comportamiento es una sobre actuación, un refugio para hombres y mujeres con problemas en su sexualidad y les genera una gran ansiedad. Las mujeres con fallas en su orgasmo, han fingido los mismos en forma periódica o permanente pretendiendo mostrar la imagen de "compromiso" en el intercambio sexual. Pero un hombre experimentado, conocedor del orgasmo femenino, "puede reconocerlo". Pero este fingimiento a través del tiempo se convierte en una trampa cuando la mujer "cansada de fingir", desea tener un orgasmo.

La farsa puede no solo estar limitada al campo sexual: puede existir "falta de compromiso emocional". La persona no está enamorada de su pareja. Ello lleva a mayor deterioro del compromiso de pareja. Muchas personas enfrascadas en la infidelidad no se sienten unidas ni emocional ni sexualmente a su pareja. La vida de pareja en todos estos casos es un martirio, donde el fingimiento: emocional, sexual y social es permanente.

Muchos matrimonios o parejas fingen sexual, emocional o socialmente por sus problemas erectivos, eyaculatorios y orgásmicos, presentándose como parejas impecables, pero teniendo problemas que no asumen. Ello genera ansiedad, rutina, hastío. Hay mayor deterioro de la relación de pareja. Existe menos compromiso sexual y emocional. Hay irritación, insatisfacción sexual y emocional. Las personas se vuelven neuróticas, irascibles, nerviosas, sexualmente frustradas, psicológicamente deprimidas, rechazando a su pareja, por la falta de preocupación en los problemas.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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