Una etapa tan importante como la relación sexual, pero que se produce antes de ella, constituye los juegos sexuales; previos al proceso de penetración genital en si.

Esta etapa está constituida por besos, caricias, abrazos, caricias y besos bucogenitales.

Es un paso previo e importante en las relaciones sexuales; muchas veces olvidado y otros con una duración muy corta.

Durante la misma, aparte de los aspectos físicos, se incrementa la liberación de sustancias químicas que aseguran una mejor y optimo funcionamiento sexual.

En esta etapa afluye y se concentra mayor cantidad de sangre en los genitales, con vasocongestión y vasodilatación de los mismos; lo que trae aparejado la lubricación vaginal en la mujer; es decir, ella se moja, se lubrica; y la erección en el hombre, el pene del mismo se congestiona poniéndose duro, turgente y aumentando de tamaño. Es el proceso de excitación, previo a la penetración. Es un proceso significativo diagnóstico; pues el hombre con experiencia sexual, identifica si la mujer está excitada por el grado de lubricación vaginal de la misma; el paso del líquido por congestión, de los vasos sanguíneos perivaginales, a la luz vaginal, determina el grado de excitación de la mujer; en el hombre el proceso excitatorio se define por la mayor o menor erección.

Los besos, caricias y toques genitales activan el área de nuestras emociones en el sistema límbico, con lo cual nos sentimos, mas atraídos, más próximos emocionalmente; como más activos; mas enamorados; constituyendo un proceso que puede incrementarse aumentando las emociones y la excitación o eventualmente disminuir por diversas razones.

La química disparada por esta etapa de juegos sexuales previos, es decir, besos y caricias, continua y el cerebro libera pulsos de una hormona muy importante que es la Oxitocina, la cual aumenta la sensibilidad del cuerpo a las mismas caricias, incrementando por supuesto una etapa importantísima y previa a la penetración.

Tanto en el hombre, en grandes cantidades, provenientes de sus testículos; como en la mujer de las glándulas suprarrenales; se libera la testosterona que es la hormona de la líbido, del deseo sexual. Todo ello incrementa la pasión.

Otra hormona, la D.H.E.A. es la dihidroepiondrosterona, que es un pariente químico de la testosterona, que se activa para incrementar todo este proceso, preparando y posteriormente dispara químicamente el proceso orgásmico. Esta hormona es muy importante pues sus niveles son significativamente mas elevados en las personas, cuando más activas son sexualmente. Estudios realizados en los Estados Unidos demuestran que niveles superiores de D.H.E.A. disminuyen un 15% las probabilidades de tener cardiopatías y previniendo la aparición de tumores.

Otros estudios publicados en el British Medical Journal, concluyen que al menos en hombres se incrementan el tiempo de vida y reduce el riesgo de muerte por problemas cardiológico, con el aumento de la D.H.E.A. en las relaciones sexuales.

El aspecto químico de esta etapa previa continúa con la secreción de dopamina, euforizante y causante de mas placer; y endorfinas alfa y beta, euforizantes, que reducen el nivel de estrés; proporcionan sensaciones de relajación, satisfacción y bienestar general.

Todo este proceso físico-químico que se inicia con los besos y las caricias se incrementan con la producción y liberación de estas sustancias dando traducción a lo que denominamos pasión. Algunos investigadores denominan en esta etapa a la Oxitocina como la "hormona del apego"; de la pasión, porque se le asocia a los sentimientos afectuosos y del deseo de proximidad con la otra persona; desempeñando un papel importante en el bienestar emocional.

Culturalmente, el hombre, la mujer; la especie humana; proporciona mayor importancia; y con razón; a la erección y al proceso del clímax placentero, es decir, el orgasmo; pero comprendemos que las etapas previas, iniciales de besos y caricias desempeñan una labor sumamente trascendente dentro del proceso de respuesta sexual.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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