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Aspectos de la Sexualidad Conyugal y Extraconyugal
Art.: 19 Fecha: 07-09-98
 

Este artículo ha sido publicado en el diario de ABC Color. Suplemento "De Mujer a Mujer".
Domingo 15 de agosto de 1998.

Es un tema profundo controversial, de múltiples facetas, y debemos tratar de no inclinar las ideas en uno u otro tipo de relación.

En cada cultura se manifiesta de diferentes maneras. En la nuestra, el modelo sociocultural preponderante para la sociedad y la familia: "el matrimonio", implica una situación que intenta dirigir o regir la sexualidad. Existe un lenguaje, de doble código, mensaje, o comportamiento; por un lado pensamos y nos mantenemos aparentemente dentro del matrimonio, y por otro lado llevado por el fuerte impulso sexual, tenemos tendencia a las relaciones sexuales extramatrimoniales. La variabilidad de nuestra sexualidad es un componente en el problema.

La mayoría de los hombres en casi todas las culturas, son polígamos por naturaleza. La mujer tiende a la monogamia. Sin embargo hoy día los desafíos de la sociedad para la mujer, que sale a trabajar, contribuye a la estabilidad económica de la familia; esta se vuelve administradora de su reproducción y su sexualidad, produciendo cambios en el comportamiento sexual de la misma. La sociedad, la religión, la cultura y las leyes, pretenden poner orden en nuestro comportamiento sexual y en general es un logro de difícil obtención.

Para ambos sexos, una relación sexual adecuada, satisfactoria, implica euforia, bienestar; por el contrario el desajuste e inadecuación sexual, es frustrante, deprimente; el ser biológico busca el placer, el bienestar, evitando el displacer y el sufrimiento.

En general la relación extramatrimonial, genera una sensación inevitable, de culpa y temor, por las pautas sociales y religiosas. De ninguna manera, tanto la relación matrimonial como la extramatrimonial son sinónimos de amor y buena sexualidad para toda la vida. Tradicionalmente sin embargo, el concepto de matrimonio o relación de pareja estable, implica culturalmente, la felicidad para las personas. El perfeccionamiento del vínculo matrimonial constituye el mejor camino, para un adecuado equilibrio emocional ya que el mismo implica una aceptación y normalidad dentro del concepto cultural y religioso.

Un aspecto importante, es que el hombre busca la prevalencia y el manejo de su sexualidad dentro del marco del placer. Actualmente las cosas han cambiado, y la mujer pretende lo mismo.

Hombre y mujeres buscan, un equilibrio emocional idóneo dentro de su relación de pareja, pretendiendo que ambos aspectos de la "intimidad" se perfeccionen en la relación común. Tanto la intimidad emocional, que implica una serie de acuerdos, donde ambos se sienten adecuados; como la intimidad sexual satisfactoria, son elementos de búsqueda, en las relaciones entre dos personas, sean estas matrimonio o no. Un buen funcionamiento, y equilibrio emocional y sexual, en la relación entre dos personas, pauta la preferencia o prevalencia de la relación matrimonial y extramatrimonial; pudiendo darse variantes en ambos tipos de relaciones.

La relación extraconyugal puede ser de diferentes tipos. Puede ser ocasional, donde la preponderancia de la relación sexual explosiva puede ser o no la norma. Aquí no existe vida en común con todos sus beneficios y desgastes. El conocimiento que se tiene de la otra persona puede ser escaso o nulo. No existe comunicación, ni intimidad emocional; pero puede existir un alto grado de sexo adecuado. Pueden darse sentimientos de culpa y temor; lo cual puede ser negativo para la estabilidad emocional de la persona: y hasta puede darse el caso de que la funcionalidad sexual, pueda ser muy buena y muy mala, según la experiencia clínica. La relación puede ser permanente o no. La permanencia, puede darse con un hogar común e incluso con hijos. El tipo de permanencia lo establece, la permisividad que la ley, la sociedad, y las mismas personas, involucradas se permita. A veces desaparece el temor y la culpabilidad, siendo suplantados por otros sentimientos: o existen en pequeña proporción. En estas circunstancias los matrimonios de las personas involucradas, o están destruidos o en camino de ello.

Algunas culturas aceptan variantes en este tipo de relaciones, como la poligamia, sin que ello implique el rótulo o peyoratividad, de una doble vida conyugal-extraconyugal.

En los matrimonios abiertos, ambos componentes de la pareja aceptan relaciones extramatrimoniales en forma recíproca o no. Son difíciles la aceptación y el mantenimiento de este tipo de vínculos de acuerdo a estadísticas internacionales.

Otras modalidades como el sexo en grupo, y el intercambio de pareja, son practicados por porcentajes escasos de personas. Las mujeres en general son menos propensas a estas prácticas; hay rechazo a este tipo de relaciones por los conflictos ocasionados.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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