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La Ausencia del Deseo Sexual
Art.: 26 Fecha: 16-06-2000

 

El deseo sexual puede estar disminuido o ausente. Los sexólogos clínicos denominamos a este problema Disfunción del Deseo Sexual o Deseo Sexual Inhibido. Enmarca la sexualidad de finales de este siglo y se proyecta con fuerza al año 2000. La proyección de la mujer en todos los campos, hace que afecte por igual a ambos sexos. La mujer es mas vulnerable, por las oscilaciones hormonales propias de su ciclo menstrual. Puede o no ir acompañado de un cuadro depresivo, en ambos sexos. Muchas personas la individualizan como falta de ganas, para todo lo que se refiere a actividades sexuales. La persona sufre y por ende su pareja también. Cuando el mismo está disminuido se impone un control, con un especialista en Disfunciones Sexuales.

Debemos diferenciarla de la falta de orgasmo o anorgasmia. Por el rol pasivo, una mujer puede tener relaciones sexuales e incluso orgasmo, sin sentir deseo. No así el hombre, por el papel activo de su erección; que es afectada por la falta de deseo sexual.

El deseo sexual es una etapa previa a la actividad coital propiamente dicha. Tiene una base neurohormonal o neuroquímica, por sustancias que se producen en el cerebro y en otras glándulas hormonales del organismo, como ovarios, testículos y suprarrenales. Estas sustancias constituyen una base que condiciona la tendencia, ganas o caso contrario la inhibición para todo lo que tiene en nuestra conducta, una connotación sexual. Ello hace que la persona disminuya o pierda la capacidad de responder a los estímulos sexuales. La evitación de las relaciones sexuales es el resultado final en estas situaciones.

Entre las causas fundamentales se pueden citar la disminución de los tenores hormonales y neurohormonales, tanto de la Hipófisis como de ovarios, testículos y suprarrenales.

El principal efector del deseo, tanto en hombres, como en mujeres es la hormona masculina, producida en las glándulas suprarrenales. Pero esta glándula es la efectora del estrés, produciendo en estas circunstancias hormonas que compiten con las hormonas sexuales producidas, por la misma glándula. Y ello disminuye o anula la libido en ambos sexos. El aumento de Prolactina, hormona hipofisaria produce el mismo efecto. La psiquis con su funcionalidad desempeña un papel preponderante en la facilitación o inhibición de los circuitos hormonales del deseo.

Toda actividad positiva o gratificante como una buena relación sexual estimula el deseo, y por el contrario el fracaso sexual y las inhibiciones, lo disminuyen. La existencia o no de problemas sexuales son vitales, en el mantenimiento del deseo sexual. La existencia de problemas de la erección (impotencia), la eyaculación precoz; la falta de eyaculación; la imposibilidad del varón de estimular a la mujer, llevan a inhibiciones aprendidas en su compañera sexual y en el mismo varón.

En la mujer la falta de orgasmo influye negativamente en el deseo sexual del varón, y en su propio deseo sexual. La diabetes tanto en varones como en mujeres inhibe al deseo sexual.

La epilepsia y su medicación entre otras causas, afecta al mismo. La falta de autoestima personal; la monotonía conyugal; enfermedades como la depresión; ingestión de medicamentos, negativisan el deseo sexual; igual papel cumple el alcohol que es un depresor de la testosterona, hormona masculina. El estrés y las presiones de la vida cotidiana tienen el mismo efecto.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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