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La Disfunción Erectil
Art.: 37 Fecha: 08-07-2003

 

Actualmente se habla de disfunción eréctil, y la misma es la imposibilidad de obtener y/o mantener la erección, es decir, la dureza del pene, el tiempo necesario para una sexualidad adecuada y satisfactoria, para uno mismo y para su pareja sexual.

En esta definición se engloban varios aspectos y parámetros ya que con ellos estamos significando que la falla eréctil puede presentarse en la obtención o venida de la erección; en el mantenimiento; y en la duración total del proceso eréctil en sí; y del acto sexual en su totalidad, teniendo presente que la satisfacción debe ser subjetiva, es decir que la erección debe ser bien calificada por el hombre; y objetiva causando placer en la mujer; y que ambos estén de acuerdo en que la relación sexual en cuanto a erección se refiere es adecuada para ambos miembros de la pareja sexual.

En la práctica clínica considero que es uno de los problemas más comunes y frecuentes de consulta y el que mayor sufrimiento psíquico; disminución de la autoestima, y una de las causas más frecuentes de problemas y disoluciones conyugales. Este problema de la conducta sexual ocasiona un gran sufrimiento psíquico no solo al hombre, sino a su pareja sexual. Existe angustia, temor, ansiedad. Proporciona al hombre un gran déficit de credibilidad en sí mismo y en su masculinidad. Además, en una gran mayoría de casos, el problema se proyecta a su pareja, ya que la misma, equivocadamente o no, piensa que sus atributos o su femineidad no son suficiente atractivo para desencadenar el proceso eréctil del hombre, y como consecuencia es una fuente importante de recriminaciones recíprocas; de desavenencias conyugales e incluso de la separación de los mismos.

Es un problema extraordinariamente frecuente; los nuevos descubrimientos en el campo de la Sexología Clínica, tanto en sus definiciones como en la terapéutica o tratamiento, están dando una nueva dimensión del problema. En la actualidad estos hechos han cuadruplicado el número de hombres que manifiesta padecer problemas en su erección y lo consultan en los Estados Unidos y países desarrollados, con estadísticas reales. Los institutos estadísticos de salud en los Estados Unidos afirman que uno 30 millones de hombres tienen algún tipo de problema eréctil; la mitad de estos hombres tiene más de 65 años. Afecta a 2 de cada 20 hombre de alrededor de 40 años; y a 1 de cada 4 después de los 65 años. Según organismos internacionales, 100 millones de personas padecen algún tipo de problema erectivo en el mundo. Estas estadísticas y la gran cantidad de personas que solicitan ayuda en este campo nos dan pauta de la dimensión del problema.

Se pueden considerar varias formas de presentación del problema eréctil. Cuando la persona puede obtener una erección, pero la rigidez no es suficiente para la penetración, es la falla de obtención. O bien puede obtener una erección con la rigidez suficiente para penetrar; pero en el momento de intentar la penetración, la misma se pierde. O sea, logra la erección pero no puede mantenerla, es la falla erectiva de mantenimiento. Otra opción es que obtenga la erección pero con alternancias de dureza y debilitamiento que aumenta el temor al fracaso. Una opción más es la falla total, ni se obtiene, ni se mantiene. Recordemos también la falla eréctil nocturna o matutina. Finalmente, debemos citar que muchas personas obtienen y mantienen su erección, pero la frecuencia de relaciones sexuales disminuye en forma crónica o aguda.

En cuanto al diagnóstico, se deben establecer las causas del déficit erectivo, y debe ser realizado por un especialista en disfunciones sexuales. El factor más resaltante de este diagnóstico es la existencia o no de erección. La ausencia de erección debe ser total tanto en la interacción sexual con la mujer como en la erección denominada “tumescencia peneana nocturna”, que se presenta cuando el individuo está durmiendo; pero generalmente el mismo percibe estas erecciones. La presencia de erecciones, aunque escasas e insuficientes para penetrar, con la pareja o durante el sueño es el camino para los tratamientos médicos o psicológicos, no invasivos. La ausencia total de erecciones da lugar a los tratamientos quirúrgicos o invasivos.

Finalmente, podemos agregar que con las nuevas tecnología y medicamentos las posibilidades de resolver los problemas erectivos han aumentado considerablemente. Pero afirmamos que en este nuevo milenio, como un desafío las posibilidades de éxito deben incrementarse con medicamentos que el hombre pueda utilizarlos a pesar de su salud deteriorada y sin peligro para su vida.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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