Lo que sufren y piensan las mujeres del eyaculador precoz
TESTIMONIOS DE VIDA

Art. 55- Fecha: 22-07-2008

 

Actualmente y en base a la experiencia clínica yo he ampliado el concepto hablando de falta de “control eyaculatorio”. Es decir el hombre debe controlar su eyaculación pudiendo hacerlo a voluntad a fin de satisfacer las necesidades de su eventual pareja.

Es uno de los problemas más devastadores que se presentan en el contexto de la relación sexual.

Para la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Mundial de Sexología (WAS), la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual (FLASSES) la característica fundamental de la eyaculación precoz es que el hombre “carece de un control voluntario y adecuado sobre su reflejo eyaculatorio”, el resultado es que llega al clímax involuntariamente y antes de que su pareja sexual pueda obtener su orgasmo.

Es una fuente de aflicción para el hombre y la mujer, destruyendo la pareja, incluso el hombre se siente inseguro, culpabilizándose, con su autoestima baja, con sensaciones de fracaso e ineptitud. La falta de control eyaculatorio, lleva a complicaciones; una de ellas es la disfunción eréctil, que surge como consecuencia de la lesión que el hombre siente en su masculinidad resentida y disminuida, pero la grave complicación del eyaculador precoz, lo constituye la falta de orgasmo de su pareja sexual. Ocurre que durante el proceso exitatorio, los genitales de la mujer se llenan de sangre, se congestionan, laten; al producirse el orgasmo esta sensación de tensión de congestión y de latido pelviano desaparece. Pero si la mujer no tiene su orgasmo esta sensación crea molestia pélvica continua por horas, días y hasta indefinidamente si el acto sexual fallido se repite produciéndole molestias, irritabilidad, tensión, y cargazón de sus genitales, la mujer está tensa, nerviosa, insomne, con llanto fácil e irritabilidad. El malestar de la mujer, es “fundamentalmente comprensible” ya que la sensación de molestia pélvica es evidente y se repite en el tiempo, por años. Muchas mujeres se quejan ostensiblemente, otras no; lo hacen buscando soluciones, en el camino de la infidelidad, que es otra complicación de la falta de control eyaculatorio.

Generalmente el camino recorrido por el eyaculador precoz en el acto sexual, es rápido, con una penetración que busca, su propio placer eyaculatorio, quedando la mujer con una gran sensación de fracaso y frustración.

Con el tiempo, el eyaculador precoz, puede presentar complicaciones, no solo con su pareja, sino además padecer de disfunción eréctil.

Pero el aspecto más llamativo en la falta de control eyaculatorio, constituyen las opiniones negativas que sobre las actividades sexuales, manifiestan sus parejas.

Aquí presentamos “testimonios de vida” expresadas por mujeres – pareja de hombres con falta de control eyaculatorio.
Hay mujeres que expresan que el amor es importante, pero en el mundo postmoderno, con tantos adelantos tecnológicos, y en el campo de la sexología clínica, expresan que “amor sin satisfacción sexual no es amor”.

Testimonio del familiar de un eyaculador precoz ya separado, manifiesta que es incomprensible como la mujer puede tener relaciones sexuales con una persona desagradable, con olor; “pero esta relación le es satisfactoria”; Ello ya en el campo de otra pareja de la mujer.
Una mujer expresa “me fastidia” su torpeza, su rapidez eyaculatoria, su rudeza, se arroja sobre mí, eyacula, se da vuelta y duerme. Para él mañana es otro día y para ella, la noche es una larga vigilia.

Otra mujer expresa, no me hace el amor; “Me coje sin más tramites”.

Otras expresan su fastidio y que lo único que desean es que lo haga rápido. Tratan de inhibir su sexualidad para evitar el sufrimiento posterior. Pero no pueden evitar el proceso exitatorio.

Algunas afirman que el hombre debe conocer su sexualidad, reconocer el problema y asumir “tratándose”.

Un camino que eligen las parejas de eyaculadores precoces: es la infidelidad. He escuchado sorprendentes testimonios de mujeres que indignadas afirman: al principio “yo pedí”, “sugerí”, pero ante su negativa tengo otra persona que me satisface plenamente, no pienso volver a tener relaciones sexuales con él, que busque su satisfacción en otra parte.

Las reclamaciones reciprocas suelen ser una constante; las quejas, separaciones; y como lo estamos afirmando, la infidelidad de la mujer, o de ambos, ya que el varón trata de recuperar la autoestima sexual perdida.

Una constante que nos llama la atención es la vuelta al consultorio, después de años de una primera consulta, esperando vanamente que el problema se va a resolver por si solo; al contrario, se complica y el tratamiento actual también por sus complicaciones.

“Mi esposo no quiere entender y asumir, que la causa de nuestras desavenencias sexuales es su propia “ineficacia de control eyaculatorio”: afirma una mujer; pero dentro de su desconocimiento el me trata de convencer, que el problema es mío. “Yo soy normal, tengo erecciones y eyaculo”, opina desafortunadamente y por supuesto equivocadamente, el hombre.

En más de una ocasión hemos escuchado a la mujer expresarse en la práctica clínica enfatizando que de no resolver el problema: “ella buscará satisfacción aunque sea pagando”.

Estas mujeres son, correctas, son leales, pero están adelantando la idea de pretender resolver su insatisfacción orgásmica, a través de la infidelidad. Muchas mujeres que no deseen llegar al extremo de la infidelidad, acuden al autoerotismo, masturbándose. Pero para la mujer en su sexualidad, la auto masturbación no es completamente satisfactoria, incluso muchos eyaculadores precoses, como no pueden satisfacer a sus parejas con la penetración peneana, acuden al estimulo clitoridiano, manual o bucalmente; pero ello no satisface plenamente a la mujer, pues en su sexualidad, ella quiere ser poseída, amada plenamente y allí obtener su orgasmo por la penetración peneana.

Un caso paradigmático y bastante llamativo es el de una pareja, que ante los requerimientos orgásmicos de la esposa; el hombre afirmaba que no existe el orgasmo femenino y se ponía violento ante la queja de su esposa; pero más adelante su pareja se enamora profundamente del mejor amigo del esposo. Ante la evidencia, el esposo recurre a la terapia para revertir su falta de control eyaculatorio; es que la dimensión de la problemática de la eyaculación precoz, es algo que el hombre no mide, no asume o no le da importancia; y muchas veces acude cuando las consecuencias son irreversibles.

Un aspecto importantísimo, y que conspira con la efectividad del tratamiento, es que la mujer está tan distante de su esposo, lo rechaza, le tiene rabia e inhibe sus propias reacciones sexuales y sentimentales, odia a su marido, odia su indiferencia frente a sus necesidades orgásmicas; y es en ocasiones fuente de fracaso terapéutico por la negativa de la mujer de cooperar con la terapia. Aquí es necesario señalar que la colaboración de la pareja, en muchos aspectos de la terapia es no solo necesaria, sino “imprescindible”; así como el fracaso terapéutico esta en relación directa al distanciamiento y falta de cooperación de la pareja.

Existe un aspecto por demás llamativo, que nos impacta; en el curso de una primera consulta es “la impasibidad”, la falta de receptividad, comprensión, frialdad; me faltan palabras para expresar lo que ocurre, es como si la mujer estuviera expresando sus quejas ante un muro de cemento y acero.

Estos son algunos de los cientos o quizás miles de testimonios de vida, que llenan e impactan nuestra experiencia terapéutica.

Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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